martes, 30 de junio de 2015

"Pasar al otro lado..."

Este es uno de esos textos de los que voy recuperando del pasado. Es de hace tres años y estaba en una época bastante complicada, y escribir me ayudaba mucho a llevar un poco de luz a mi vida. De todos modos, hace tiempo un amigo me enseñó que los momentos tristes también hay que aprender a disfrutarlos para saber apreciar verdaderamente los buenos momentos :)

Espero que lo disfrutéis y os encienda algo dentro, aunque sea mínimamente...

"Mi mundo se resquebrajó. La tierra empezó a abrirse bajos mis pies, las piernas me temblaron y me tuve que inclinar ante el huracán que destrozó mi hogar. Un huracán cargado de sentimientos encontrados, de recuerdos que creía ya olvidados, de sensaciones que pensaba extintas. Y pasó de repente, como si nada; el tiempo lo ha cambiado todo, ha invadido mi mente, mi espacio, sin pedirme permiso. Sentí como mi alma se partía en mil pedazos, como una botella de whisky vacía que estampas contra la acera mojada en un día gris tormentoso, en un arrebato de ira incontrolable. Quise recoger los trozos de mi frágil alma, pero eran cortantes y mis dedos sensibles, y empecé a sangrar. Y mis lágrimas brotaron sin avisar, una a una, desobedeciendo mis órdenes. Y la Tierra se volvió de color carmesí, mezclada con un turbio azul cargado de dolor y agonía, cargado con todo aquello que quise enterrar, pero no hice una tumba suficientemente profunda, y todo ha regresado. El dolor provoca que mi corazón lata más deprisa, acelerado, invadido por el éxtasis de estas circunstancias. La cabeza me da vueltas, siento que mi mente actúa despacio, torturándome, pero en realidad piensa más deprisa que habitualmente y crea una órbita de partículas oscuras a su alrededor. Pensé que era fuerte y me di cuenta de que una palabra basta para desestabilizarme, que todo lo que salga de tus labios actuarán como estocadas y me tirarán de mi caballo bravo. Pensé que era valiente, pero el miedo se apoderó de mi cuerpo, el miedo a sentir cosas desconocidas para mi, y creé una jaula que me atrapase para que no pudieran entrar, para que no me pudieras raptar. Y sin darme cuenta, creé un muro tan alto que me impide mirar al otro lado, sólo veo barro sucio. Quisiera escalar este muro, pero el terreno es fanganoso, y a cada paso que doy me resbalo y me caigo de bruces contra el suelo, y la caída es cada vez más dolorosa debido a las llagas y heridas de las caídas anteriores. Intento escalar el muro de mil formas, estudio la forma de pasar al otro lado, analizo la consistencia, al fin y al cabo he sido yo la que lo ha construido. Pero no hay manera... Intenté excavar, hacer un agujero, pero la tierra se metía en mis uñas y cada vez que veía un poco de luz al otro lado, el agujero se volvía a tapar, como cuando cavas un hoyo demasiado cerca de la orilla del mar, y las olas arrastran la arena y tapan todo tu trabajo. Entonces sentí frustración... Intente coger carrerilla y saltarlo, pero mis rodillas estaban demasiado doloridas y mis alas ya no baten con la suficiente intensidad para echar a volar, y volvió a invadirme la desdichada frustración... Probé a fabricarme una escalera con piedras, pero no encontré suficientes... Y aquí sigo, esperando la oportunidad que me lleve al otro lado, haciendo señales de humo a los aviones que surcan mi cielo siempre nublado, pero no me ven. Estoy empezando a desesperar... Quizás si fabrico explosivos, pueda hacerlo saltar por los aires; pero en el fondo me da miedo, y el muro se hace cada vez más grande. Aquí estoy sola, pero nadie podrá dañarme; al otro lado no sé qué me encontraré, aquí al menos conozco la zona, sé como es el terreno, sé dónde apoyar mis pies para no caerme...

Es hora de echarle ovarios, idear el modo de pasar al otro lado, traspasar la frontera que me autoimpuse y descubrir lo que me espera allá. Quizás aquí sea más cómodo, pero necesito alimentarme de nuevas experiencias, necesito ir un paso más allá, necesito salir de aquí, sea como sea. Así que voy a coger mi mochila y a sacar todo aquello que no necesito, a quedarme sólo con la sabiduría que me otorgaron experiencias ya vividas. Voy a deshacerme de la autocompasión, de la depresión, del hastío; voy a llenar mi mochila de ánimos, deseos, sueños y estrellas. Voy a pasar al otro lado..."


¡Volvemos!

¡Hola bonitos y bonitas!

Sé que hemos estado bastante tiempo sin aparecer por aquí pero es que esto de la maternidad es bastante durillo, y cuando pensaba que ya teníamos nuestras rutinas, resulta que todo cambia.

Además, nos hemos tomado unas merecidas vacaciones viendo a los abuelos.

El lunes pretendo colgar un post del resumen de cómo han sido estos meses desde que nació el enano, revisiones, problemas que nos han ido surgiendo, soluciones que hemos encontrado... ¡Espero que lleguemos a tiempo!

Para ir abriendo boca voy a empezar a recuperar textos que tenía colgados en mi otro blog, espero que os gusten.

Ya sabéis que podéis seguir nuestro día a día en mi cuenta de Instagram @sallyvonmercury O seguir mis otros trabajos en mi página de facebook Carmen Fernández (Sally Von Mercury).

Os deseo que paséis una fabulosa semana. ¡Millones de besos!