domingo, 12 de abril de 2015

La danza de tu lengua y mi pecho

Miro por la ventana y veo que hace un día horrible: el cielo está gris, llueve, hace frío... El tiempo ha jugado con nosotros, nos dio unos días de tregua primaverales y ahora ha vuelto a entristecerse, se ha reído de nosotros. Pero no importa, porque mientras afuera la gente abre sus paraguas y se sube las solapas de sus gabardinas como si de detectives privados se tratara, tú y yo permanecemos unidos, muy cerquita el uno del otro, alimentándonos, tú de mi leche y mi amor, y yo de tus sonido,  tu respiración, tu calor, tus sonrisas furtivas que aparecen mientras duermes, signo de la placidez de tu descanso. 
Cuando supe que venías al mundo, sabía que te daría el pecho; pero según fueron transcurriendo los meses y crecías dentro de mí, y sentía que éramos cada día más parte el uno del otro, cada vez que sentía tus patadas, tus volteretas, cada noche interminable de hipo y de cientos de excursiones al baño, me fui convenciendo de que darte el pecho no era una elección, era lo que tenía que hacer... 
Me informé durante meses, leí y releí millones de artículos sobre los beneficios de la lactancia materna, pregunté miles de dudas, y aquel 13 de febrero cuando al fin te arrancaron de mis entrañas, cuando buscaste a ciegas dando cabezazos a diestro y siniestro mi pezón, volvimos a ser uno sólo. Sentí llenar ese vacío que minutos antes había experimentado cuando decidiste abandonar mi útero para enfrentarte al mundo. En aquella sala de partos, solos tú y yo contra el mundo.
Han sido dos meses duros cargados de miedos, dudas, incertidumbre... Pero han sido los dos meses más maravillosos de toda mi vida. Porque al darte el pecho me siento útil. Sentir que me necesitas da sentido a mi vida. Sentir la compleja coreografía que interpretan tu lengua con mi pecho, sentir el olor que desprende tu cabecita mientras me haces cosquillas en la nariz con tu cobrizo cabello, sentir que nuestras respiraciones y latidos se acompasan, sentir que tú eres parte de mí y yo lo soy de ti. Sentir es la razón por la que te doy el pecho. Porque nunca nadie podrá robarnos estos inolvidables momentos, que son sólo nuestros...


No hay comentarios:

Publicar un comentario